Blog de David Dóniga: Folklóricas

16 nov 2009

Folklóricas


El ser folklórica es una especie, no vamos a decir en extinción, pero en los nuevos tiempos cada vez es menos frecuente encontrarte con nuevas folklóricas. Y cuando hablo de folklóricas no estoy hablando de las tonadilleras y copleras de toda la vida, qué va, hablo del folklore como manera de ser, algo – como dice mi buen amigo JP- que sólo pueden entender los placentino de pro y de derechas. Ojo no hay que confundir a la folklórica con la maruja, la folklórica tiene clase, estilo, talento, gusto, estatus, etc y además en la mayoría de los casos saber estar, aunque no discreción, como no podía ser de otra manera.


El ser folklórica se nace, no se hace, se es o no se es. Folklóricas al más puro estilo, L.S., C.H., gente que nos cae mal como M.N. – folklórica como no hay dos, mal nos pese-, o nuestra gran promesa G.I.

La folklórica te ama o te odia, está contigo o está contra ti, aunque con algunos casos hay que andar con pies de plomo porque la folklórica cuando se enfada es como un miura ataviada con peineta, mantilla y bata de cola, y a la sazón gran peligro para los que la rodean, pues puede airear en cuestión de segundos y sin apenas tragar saliva nuestras vergüenzas más íntimas y personales, mezcla - claro está- de realidad y ficción.

De todas formas os tengo que confesar que me gustan las folklóricas, ¡qué sería de nuestras vida sin ellas! sin esos momentos de risas, cotilleos, conspiraciones y demás elucubraciones que sin duda no podrían vivir ni ellas ni nosotros.

¡Ponga usted una folklórica en su vida! Le aseguro que no se arrepentirá.

Un beso a todas.

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