A Mourinho el partido del sábado no le interesa, no es su
guerra, o así va a quererlo hacer ver. El sentar a figuras como Alonso, Özil o
Cristiano Ronaldo poco menos que va a sonar a desaire hacia el club blaugrana.
Esto tiene varias lecturas, en las que el club merengue puede salir ganador o
justificar la derrota perféctamente. Si el Barcelona gana cómodamente contra un Real Madrid
plagado de suplentes se justifica, “no es nuestra guerra, esta batalla está
perdida hace tiempo” y no pasa nada, entra dentro de lo normal, por lo que se
restaría mérito a la victoria barcelonista. Por el contrario si con ese
escenario, plagado de suplentes, el Real Madrid vuelve a ganar poco menos que
será elevado al Olimpo de los dioses.
Los de Roura intentarán ponerse el mono de la Liga tirando de oficio y
orgullo para competir y dar capetazo definitivamente a la
Liga. Una nueva derrota tendría consecuencias
morales por lo que añade un poco más de presión al partido.
Por lo tanto los caprichos del calendario y sobre todo de
las circunstancias harán que lo que a priori a comienzos de temporada se
esperaba como un partido transcendental por la lucha por el título se convierta
en un partido, como hemos dicho antes, incómodo. Cosas del fútbol.
@daviddoniga
@daviddoniga
No hay comentarios:
Publicar un comentario